Indígenas urbanos: ¿hacia la ciudadanía ampliada?

Los pueblos indígenas han sufrido privación de sus derechos económicos, políticos y sociales en tanto colectividades sociales. Pese a que formalmente mantienen sus derechos individuales como cualquier mexicano o mexicana no indígena. Sin embargo, hoy existe el convenio 169 de la OIT, la Declaración de Naciones Unidas sobre pueblos indígenas y el polémico artículo 2º constitucional, aparte del art.1º constitucional con su clausula antidiscriminatoria y convenciones internacionales contra la discriminación entre otros instrumentos.

Destaco que las demandas centrales de los pueblos indígenas son competencia federal; la supervivencia de los pueblos indígenas tiene que ver con el acceso a las tierras, territorios y recursos naturales; para ejercer su derecho a la lengua, mantener su cultura, practicar sus costumbres los pueblos han resistido sin reconocimiento jurídico. Para sobrevivir como pueblos requieren la garantía de sus territorios y del acceso, uso y disfrute de los recursos naturales que están en los territorios que actualmente ocupan.

Discriminación y ciudadanía precaria

En el México actual no existen disposiciones expresas que prohíban el acceso de los hombres y mujeres indígenas a ningún espacio público, sin embargo no los encontraremos de manera cotidiana en las universidades, en los servicios de salud, como titulares de créditos a la vivienda o a la producción agropecuaria, entre otros ejemplos

Formas de discriminación

1.- La discriminación verbal que mediante expresiones o chistes estigmatiza de manera informal a un grupo (mata a un chilango, no seas indio, pareces indio que te bajaron del cerro a tamborazos)
2.-La discriminación conductual ; no compres a los chinos no contrates a un mixteco o a un indio
3.-la discriminación institucional directa por ejemplo rechazar el uso de la lengua indígena en la escuela,
4 discriminación institucional indirecta cuando se impide a los pueblos el uso y disfrute de recursos para el acceso al agua para pesca o se despoja de la tierra para el cultivo (Garduño, 2010).

A manera de espejo de la situación descrita podemos observar los siguientes testimonios y casos:

a)“Viene uno al Distrito Federal, lo ven con su traje tradicional y lo hacen de me¬nos, incluso la propia policía. Quiere uno entrar a una tienda y a veces no lo dejan. La misma policía o la gente que trabaja ahí no nos permiten pasar. Y uno como indígena se siente mal, ya que nos destruyen la autoestima. Hasta en la misma escuela nos discriminan. Nos dicen: “¡Patarrajada!, ¿de dónde vienes?, ¿por qué estudias acá?”. Sólo porque uno no es como ellos nos hacen a un lado, hasta los mismos profesores nos dicen: “Tú eres indígena” (José Manuel Sán¬chez, tzotzil-tzeltal)”(Escalante,2009:.7)

b) Hermelinda Baltazar, indígena purépecha pura de Santa Cruz Tamaco ha expresado de manera insuperablemente clara y conmovedora lo que significa la discriminación humillante: “Me siento como que no soy nada. Soy sólo una indita y otros no son. Siento que no puedo hablar como ellos y por eso me ‘subajan’; y veo que en las calles cuando pasamos, se juntan hablando de nosotras diciendo ‘indias piojosas’ ”. (Garzón y Valdez, 2010).
c) CONAPRED informó en 2011 que inició de oficio la queja, derivada de una nota publicada en un periódico, intitulada "Retiren a las mujeres vestidas de indias (sic)", en la que señaló sustancialmente que el personal de seguridad y vigilancia de una plaza comercial en Polanco brindó un trato desigual a dos personas indígenas tzeltales. Como parte del procedimiento conciliatorio, se firmó un convenio con el administrador de la citada plaza, con quien se acordó un curso de sensibilización sobre el derecho a la no discriminación, extensivo a todo el personal de vigilancia y administración de ésta. El expediente se concluyó por haberse resuelto durante el procedimiento conciliatorio-

d) “En el país son más de 14 millones de indígenas y en la Cámara de Diputados apenas los representantes son ocho legisladores auténticamente “indígenas-indígenas, reconoció el presidente de esa instancia legislativa, Jorge Venustiano González Illescas. También aceptó que en este momento no hay ninguna iniciativa para su análisis y discusión que promueva la equidad de los indígenas. “Es un sector vulnerable y así como existe una obligatoriedad para que haya una equidad en género con las mujeres, debiera haber una equidad también en cuanto a los indígenas; sin embargo, es un sector que no está considerado”.

Indígenas urbanos

La ONU realizó hace diez años un análisis para dar cuenta de la situación de los Pueblos Indígenas en áreas urbanas, señalando que pese a que la mayoría de los pueblos indígenas de todo el mundo siguen viviendo en zonas rurales, están migrando cada vez más a las zonas urbanas, tanto voluntaria como involuntariamente. Este fenómeno refleja la creciente tendencia a la urbanización mundial, según la cual la mayoría de la población mundial pronto vivirá en ciudades.

Entre los factores que contribuyen a la migración urbana de los pueblos indígenas cabe citar la pérdida de la tierra, la pobreza, la militarización, los desastres naturales, la falta de oportunidades de empleo y el deterioro de los medios de vida tradicionales, combinados con la falta de alternativas económicas viables y la perspectiva de mejores oportunidades en las ciudades.

Por su parte la Comisión de Desarrollo Indígena (CDI) realizó un estudio sobre la percepción de la sociedad no indígena en torno a la presencia de los indígenas en las ciudades concluyendo que:

“Se piensa en indígenas que abandonan sus comunidades para buscar oportunidades en las ciudades, básicamente se les asocia con tres roles: 

• Servicio doméstico, bien valorado pero difícil de adaptar

• Mendicidad, una faceta que mueve a lástima y malestar, sobre todo porque se piensa que se “contaminan”/”malean”

• Venta de artesanías, que se asume como una forma de aprovechar sus habilidades, aunque se llega a dudar si los propios indígenas se benefician o son utilizados por terceros

El estereotipo de los indígenas que abandonan sus comunidades para ir a las ciudades es tan fuerte y arraigado, que la noticia de que existen comunidades indígenas insertas en ciudades como Guadalajara o Distrito Federal, desconcierta y se refiere como una rareza.

Como podemos observar desde los lentes de la sociedad mayoritaria no indígena se sigue mirando a las y los indígenas como los “otros”, desde el prejuicio y la discriminación (Rodríguez, 2007) así sea disfrazada de una supuesta conmiseración que disfraza el racismo encubierto sobre culturas superiores e inferiores. Todo ello nos plantea la necesidad de retomar el concepto de igualdad en términos de acceso a derechos económicos, sociales y culturales y diferenciar (García Clark,2008) en términos de la cultura e identidad propia, formas de autonomía, territorios en su dimensión de derechos colectivos, de derechos de pueblo en atención a su origen histórico.

¿Hacia la ciudadanía ampliada?

En síntesis, con el análisis de la realidad de los indígenas urbanos y sobre todo con su participación debemos volver los ojos al concepto de ciudadanía a fin de perfilar posturas en torno a su carácter universal y homogéneo o a la necesidad de repensarla con rasgos intra e interculturales, más allá de una imaginaria sociedad de colectividades en cierta forma encerradas o autoconfinadas en sus diferencias. Es momento de preguntarnos: ¿Es suficiente por sí misma para incluir en pie de igualdad a los grupos históricamente excluidos o, al menos en algunos casos, es necesario agregar disposiciones particulares? ¿se requieren derechos adicionales para que los indígenas que provienen de otros pueblos y son residentes en espacios urbanos, ejerzan sus derechos individuales, comunes a las y los mexicanos?, o bien ¿qué se propone, para que un ciudadano o ciudadana indígena ejerza el derecho a la vivienda, a la salud, al empleo?, Todo ello en el contexto de la discriminación estructural que padecen. ¿Cuál es la modalidad mas adecuada? ¿ reformar el conjunto de leyes? ¿o una Ley Indígena? ¿es válido restringir los derechos adicionales sólo a los de tipo culturalista? ¿será necesario abordar las propuestas de ley en términos de acción afirmativa, la llamada discriminación positiva? Es un hecho que en la región latinoamericana no existe legislación para población urbana indígena que consigne el real perfil de la ciudadanía urbana pluricultural. Hoy las organizaciones indígenas urbanas luchan por mantener su idenidad y así lo expresan:“Que juntos sigamos alimentándonos con nuestra comida, sigamos vistiendo con nuestra ropa, sigamos escuchando nuestra música, sigamos hablando nuestra lengua, sigamos reproduciendo nuestra vida comunitaria, sigamos escuchando a nuestros abuelos y abuelas, para seguir caminando con nuestros hijos. En cualquier lugar que nos encontremos hay que dejar latente nuestra presencia como pueblo, como indígenas”.

Por ello observamos que no es suficiente la dimensión colectiva de los derechos indígenas trasladada mecánicamente a esta nueva situación. ¿Cómo hacemos para que todo este proceso propicie un nuevo tipo de ciudadanía? una ciudadanía ampliada, para que esta comunidad de ciudadanos, con raíz originaria histórica proveniente de los pueblos, sean incluidos sin el sacrificio de sus identidades originarias. ¿Cómo seguimos este camino para que propiciemos el combate al racismo, a la discriminación que permea la cultura de nuestros países? Los indígenas urbanos se colocan entre los derechos de los pueblos como el de autonomía y a la vez deben ser titulares de derechos culturales que les permitan manifestar su diferencia dentro de la sociedad mayoritaria. También requieren la garantía de acceso a los derechos sociales. Habría de considerarse que existen en el país comunidades indígenas urbanas organizadas aparte de las relativas a pueblos originarios, sin dejar de lado a la muy amplia población indígena urbana que no está integrada a las mismas, mujeres y hombres indígenas que también viven la exclusión y discriminación sin contar con lazos de solidaridad comunitaria. Es evidente que la dimensión de las y los indígenas urbanos no debe dejar de lado la problemática colectiva de los pueblos originarios. ¿Otra ciudadanía para otra Nación?

 


 

1 Académica de la Universidad Pedagógica Nacional, área de diversidad e interculturalidad. Colaboradora de la sección de opinión del periódico La Jornada.

2. Cabe señalar que en la capital de la República residen integrantes de pueblos indígenas de todo el país e incluso de toda América latina. Sin embargo aún existen pueblos indígenas originarios.

3. Cfr. La Jornada, México D.F., del 12 de octubre de 1992, p. 11.

4. El sol de México p. 3 a  6 de abril de 2012.

5. Los Pueblos Indígenas en Áreas Urbanas y la Migración: Retos y Oportunidades. La cuestión de los pueblos indígenas en áreas urbanas y la migración será el centro de un debate demedio día de duración el 21 de mayo como parte del sexto período de sesiones del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, que se celebrará en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York del 14 al 25 de mayo 2002

6. Percepción de la imagen del indígena en México. Diagnóstico cualitativo y cuantitativo. CDI 2006.

7. Asamblea de Migrantes Indígenas de la ciudad de México Agosto 9 de 2011