La integración de las partes
Galavitz critica la religión por su misoginia y su control de la sexualidad. Según la artista, la vertiente en su obra es un intento de devolver lo sensual a lo espiritual al mismo tiempo de reivindicar la presencia de las mujeres, quienes ?en este caso? no solamente comunicaban con su dios de forma directa (eliminando la necesidad de intervenciones eclesiásticas), pero
también eran estudiosas. Sus experiencias extáticas confirman lo que dice Caroline Bynam: ¿El cuerpo es el acceso a lo sagrado?.
Si bien la serie sobre las santas fue una recreación de la pintura religiosa, el trabajo sobre los escritos místicos evidencia un claro cambio donde la mujer disfruta de su propio cuerpo sin culpa. Demostrando una sensualidad pura, la obra de Galavitz alcanza una integración de cuerpo-espíritu.
En su obra más reciente la artista introduce un armazón en prendas de ropa, las interviene y las cuelga desde el techo, generando una extraña contradicción: antes pintaba la figura sin ropa, ahora representa la ropa sin cuerpo. Pero siempre transmite la relación interior-exterior donde esas partes están en armonía.
Derechos reservados. Originalmente publicado en Mujeres, abril 2008, Año VII,
no. 72.


