Siegrid tiene un mundo interior exquisito; seres, colores y texturas entretejen su narrativa visual de sueños lúcidos y realidades fantásticas. El golpe visual de la crudeza de sus personajes es contundente, pero una vez pasada esta sensación, hay dejos de ternura e ingenuidad que transportan al espectador a ese rico universo imaginario. Siegrid posee una obra que se atreve, ella vibra a través de sus piezas, y hace del espectador un elemento de su obra en la cual puede llegar a convertirse en el sensible protagonista..