Sobre todo, la vida
Thursday, 30 January 2014 11:47
Written by Ingrid Suckaer
Observar las obras de Ana Thiel permite adentrarse de inmediato en la profundidad expresiva de la autora, en su espiritualidad y particular delicadeza para transmitir su audacia creativa. Esta experiencia deriva no sólo de la transparencia y prístina proporción de sus obras, sino también de la manifestación de su contenido intangible, pathos que remite a los creadores que, como Marcel Proust En busca del tiempo perdido, se detienen con esmero en abordar la memoria como un contenedor de experiencias pasadas.
Con su escultura, arte objeto en vidrio y más recientemente con sus fotografías, Thiel ha creado un universo iconográfico personal que hunde sus raíces en su autobiografía, pero también en su árbol genealógico y aún más allá: sus obras aluden a una saga que habla de la talla espiritual de seres humanos que por encima de todo lo negativo, incluso del horror, han sobrepuesto la vida y lo bello que ésta puede ofrecer.
A través de las obras de Ana Thiel realizadas en los últimos treinta años se percibe una mano inteligente que conoce y domina las posibilidades plásticas de la técnica. Al respecto, es notorio que en la producción artística de Ana quede de manifiesto que el vidrio como materia plástica sea tema de estudio constante y que, aunada a su belleza estética, las piezas conlleven un claro discurso conceptual; éste es un ejemplo preciso de cómo se pueden integrar con agudeza dos tipos de investigación y dar paso a la obra de arte.
En Estratos del Ser queda de manifiesto que el diálogo plástico y conceptual se construye para señalar, con una depurada estética propia, el sentido que entreteje el pasado, presente y futuro de la humanidad, con el afán no sólo de explorar los misterios que la rodean, sino con el fin supremo de contribuir en su construcción cotidiana. Desde esta perspectiva, Thiel remite a Walter Benjamin, quien considera que el ser humano es ante todo constructor. En consecuencia con lo anterior, a Ana Thiel le interesa incidir en el entorno urbano que es, a fin de cuentas, el espacio esencial donde las grandes masas pueden interactuar con la obra artística.