Espectralidad Materialista (fragmento)
Thursday, 29 May 2014 21:01
Written by Cuauhtémoc Medina
IV. Necro-Urbanism
Margolles’s projects, though they broaden the methods of clandestine export from her earlier work, now search even more keenly for material evidence in the street. In an unconventional manner, her work has become nomadism. It is no longer the abstract presentation of a substance, but rather the result of necro-geographical journeys. Walter Benjamin’s well-penned formula on the flâneur who, as he wanders through modernity, “turns to asphalt to study botany”, finds his monstruous double here. In her depictions of crime scenes featuring Margolles and her networks of collaborators, the flâneur is revived as a troupe of amateur prosecutors who collect mud, blood and glass fragments from the pavement, using a camera or tape machine to record the empty horror of damaged territories, and expurgate the press and popular speech, seeking the sentences and admonitions that accompany the executions. These derivations in pursuit of materiality and orality occur after the police and experts have combed the area, removing the body but leaving tons of remains of life cut short. Margolles uses the expression “that which remains” to refer to this residue - mud, blood, glass, stains, fragments, sounds.
VIII. Theory of Scandal
The experiences Margolles designs and carries out tend to have a disturbing effect. Her ability to gather all kinds of undefined terrors and her choice of material lend her work an element of witchcraft. Indeed, her work places spectators in a haunted house. It is a space which, as Freud described in reference to the ominous – unheimlich – is both familiar and distant, intimate and unknown, veiled and obscene. The pavilion is a space that brings one into close contact “with death, corpses and the return of the dead, spirits and apparitions,” implying that the dead person has become the enemy of the survivor and attempts to drag the latter down with them. This is why, both for viewers and organizers, the pavilion sometimes resembles a vector of contagion. The material that is the work without being such, and the process of cleaning-contaminating the floor of the exhibition pavilion, overcomes us as we walk through it, summoning the dead to follow other dead persons.
Esta operación espectral (este aparecer y comparecer) ha tomado posesión, incluso, de la pregunta retórica que sirve de título a la intervención. . "De qué otra cosa podríamos hablar? " es, calro, la réplica a una interdicción. La frase encierra una reacción visceral ante la expectativa de las élites mexicanas de que por proteccionismo de la imagen nacional o por sostener las ilusiones del turismo, preferirían que guardáramos un compungido silencio ante la falta de discreción que ha tenido la sociedad de masacre ruidosa, voraz y espectacularmente en público. Vana ilusión. Al final de cuentas, lo único que puede acallar la obligación de hacer y decir sobre la catástrofe presente, será la catástrofe venidera. El horror de experimentar la historia como una compulsión a los desastres, es que ya habrá "otra cosa de qué hablar": la próxima matazón, la futura revolución fallida, la cíclica hecatombe económica, la renovada desilusión democrática, el siguiente cataclismo natural, o la pandemia en ciernes. Así como la masacre interminable de las batallas del narcotráfico tuvo por defecto acallar el clamor por los cientos de mujeres asesinadas en lugares como ciudad Juárez, la unica manera de romper el hechizo de las decapitaciones en el norte de México fue el modo en que la ciudad de México se convirtió, en abril y mayo del 2009, en el foco de irradiación de la nueva oleada de influenza global.
Transitar de crisis a crisis; vivir de un escándalo a otro. Pero aquí no se pretende ningún diálogo. Al curador le resulta delicioso compartir que la etimología griega de la palabra "escándalo" (skandalon) significa trampa u obstáculo para hacer caer". 4
Lo que sigue...
En una ciudad fantasma llamada México, 2009.
1. En su extraordinario ensayo sobre las decapitaciones en México, Sergio González Rodríguez apunta que la proliferación de túneles del narcotráfico, casas de seguridad en forma de sótanos, la transmisión "subterránea" de imágenes y discursos de violencia de los medios y el internet, y la multiplicación de espacios de culto heterodoxos relacionados con el crime "los templos y altares de Malverde y la Santa Muerte" confluyen en crear una especie de nuevo urbanismo: "la arquitectura abyecta" que "acoge lo funesto, lo cadavérico, los desechos". (Sergio González Rodríguez, El hombre sin cabeza, Barcelona, Editorial Anagrama, 009, pp. 161 - 163.) No obstante, es argüible que esa especialidad abyecta es más bien una manifestación anti-arquitectónicam pues opera en los márgenes opuestos a la definición batailliana de "arquitectura" como una metáfora de la fisionomía de la autoridad, el ocultamiento monumental de la muerte y la estructuración del pensamiento racional.
2. Walter Benjamin, "Charles Baudelaire. Un lírico en la época de altocapitalismo", en: Obras. Libro I/vol. 2, Ed. De Rolf Tiedemann y Hermann Schweppenhäuser, Trad. Alfredo Brotons Muñoz, Madrid Abada Editores, 2008, p. 123.
3. Sigmund Freud, "Loominoso" (1919), en: Obras completas. Tomo XVII. Buenos Aires, Amorrortu editores, 1997, p.241-242
4. Corominas, Breve diccionario etimológico, p. 241.