Confines
Confines
Confín: límite, lindero, orilla, frontera, término, encierro. Esta primavera incierta y amenazante por covid 19 MUMA lanzó una convocatoria sobre el confinamiento para explorar como se sentían las artistas en este tiempo restringido de quédate en casa.
Recibimos estas propuestas que van del interior al exterior y viceversa. Adentro y afuera. Diversidad frente al encierro con humor, insomnio, reflexión, luces y sombras de la creación. Vanessa Quintanilla (CDmex), Sandra Pereznieto (Madrid), Rosa Borrás (Puebla), Laurie Litowitz (Oaxaca), Vida Yovanovich (CDmex), Susana Wald (Oaxaca), Sofia Echeverri (Guadalajara).
Suspiros desde el App_surdo
Suspiros desde el App_surdo consta de una serie de 10 videos cortos producida con diferentes aplicaciones móviles y realizados en el periodo de cuarentena durante la pandemia de 2020.
Estas piezas, como los suspiros, se nos presentan en ventanas de tiempo breves. Brotan de imprevisto en medio de la espera, originados en un a la vez profundo a la vez tenue sentir ¿En dónde yace el suspiro? Vienen a la mente palabras en el límite de la estancia, en el borde de lo soportable: ansia, frustración, aburrimiento, nostalgia, anhelo... alivio. ¿A dónde se va el suspiro? Se va justo en el momento en que notamos su presencia.
Obra de Vanessa Quintanilla Cobo
Música: Nicolás Negrete Quintanilla
Insomnio confinado
Las noches se han vuelto eternas, deambulo por mi casa con la paranoia de no poder volver a dormir jamás. Busco una luz, algo que me ayude a pensar que no soy la única despierta. Durante el insomnio sólo me acompañan las sombras que no había visto antes. Fotografío insistentemente la repetición obsesiva de las banderitas colgadas. Cada día una nueva imagen de lo mismo, igual que la vida confinada. A veces aparece una luz brillante en alguna ventana, señal del insomnio compartido. Hoy, sin previo aviso, han desaparecido las banderitas, y ese acto tan sencillo e insignificante, me hace comprender que mi insomnio ha perdido el sentido.
Obra de Sandra Pereznieto
En confinamiento desde el 18 de marzo.
Van tres meses de un encierro que cada vez es más difícil de sobrellevar. Mi estudio está en casa, al principio era natural pasar todo el tiempo aquí. Ya no lo es. No puedo salir a caminar por el vecindario, tampoco puedo ir a nadar. Hay días que me duele todo el cuerpo. Extraño a mis amigas, cómplices bordadoras y tejedoras de sueños y realidades. A pesar de todo, trato de seguir dibujando-me, bordando-me; cocino, lavo, limpio. Hoy habito mi espacio de otro modo.
Obra de Rosa Borrás
Letters to Those I Love
(en los tiempos de cuarentena)
Obra de Laurie Litowitz
Los hombres se apropiaron y luego transformaron los principales símbolos de poder femeninos: el poder de la diosa-madre y el de la fertilidad. Las metáforas del género han representado al varón como la norma y a la mujer como la desviación, el varón como ser completo y con poderes, la mujer como ser mutilado y sin autonomía. Construcciones simbólicas fijadas en la filosofía griega, las teologías judío-cristianas y la tradición jurídica sobre las que se levanta la civilización occidental.
Este es un esfuerzo por compensar el olvido de las mujeres como sujeto de discurso y el que se haya eliminado su participación en la formación de los sistemas de ideas. Ésta ahistoricidad ha impedido que las mujeres “tomaran conciencia” de sí mismas y esto ha sido un pilar del dominio patriarcal. Este es un triple reto: realizar definiciones correctas, derrumbar las teorías existentes y construir un nuevo paradigma. Afrontando la dificultad de no disponer de un lenguaje apropiado y de tener que trascender nuestra educación tradicional y nuestra psicología.
“Subordinación de las mujeres” en lugar de “opresión” tiene ventajas. La subordinación incluye la posibilidad de la aceptación voluntaria del estatus de subordinación a cambio de protección y privilegios, condición que tanto caracteriza la experiencia histórica de las mujeres. “Subordinación” incorpora además la “dominación paternalista”. El término “privación” enmascara y oculta la existencia de relaciones de poder. Cada palabra es apropiada en determinados aspectos del estatus de las mujeres en una época o lugar determinados.
En el s. XX el movimiento feminista incluye el feminismo por los derechos de la mujer así como el feminismo por la emancipación de la mujer. Puede tratarse de un nivel de conciencia, una postura, una actitud así como las bases de un esfuerzo organizado. Emancipación: salirse de debajo de la mano de, liberarse de la dominación paternalista. En ningún lugar se ha logrado todavía la emancipación de las mujeres, aunque en diversos lugares haya obtenido algunos derechos.
En el s. XX el movimiento feminista incluye el feminismo por los derechos de la mujer así como el feminismo por la emancipación de la mujer. Puede tratarse de un nivel de conciencia, una postura, una actitud así como las bases de un esfuerzo organizado. Emancipación: salirse de debajo de la mano de, liberarse de la dominación paternalista. En ningún lugar se ha logrado todavía la emancipación de las mujeres, aunque en diversos lugares haya obtenido algunos derechos.
La base sobre la que se desarrolla el feminismo es la cultura de la mujer. La cultura de la mujer es la base en la que las mujeres apoyan su resistencia a la dominación patriarcal y reivindican su poder creador para dar forma a la sociedad. El término supone la reivindicación de una igualdad y de una conciencia de hermandad.
El término cultura de las mujeres también se ha utilizado en un sentido antropológico para incluir las redes familiares y de amistades de las mujeres, sus lazos afectivos y sus rituales. Es importante entender que la cultura de la mujer no es una subcultura. No sería muy apropiado catalogar la cultura de la mitad de la raza humana de subcultura.