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Otras mujeres es un proyecto fotográfico que surge de la necesidad de entender y visibilizar el hecho de que, aún hoy, siga resultando difícil compartir los motivos que llevan a las mujeres a decidir, libremente, no ser madres. ¿Por qué estos relatos siguen siendo poco públicos? ¿Por qué sigue pareciendo un tema tabú? ¿Cómo entender este acto en relación con las demandas de las mujeres de decidir sobre su propio cuerpo? ¿Qué implicaciones sociales y políticas tiene este hecho?

A través de las imágenes y los testimonios recogidos, este proyecto de fotografía digital visibiliza las subjetividades de las otras mujeres: las no festejadas los 10 de mayo; aquellas que, por decisión propia, decidieron no seguir el mandato social que convierte a la (buena) mujer en sinónimo de madre.

En este proceso de desnaturalización de estereotipos y de respuesta a prejuicios y reproches, Judith Romero ha fotografiado a mujeres procedentes de diversos contextos socioeconómicos, geográficos y de sexualidades diversas. Con ellas, y siguiendo un proceso de marcado carácter autoexploratorio, Romero se ha sumergido en el terreno íntimo de sus vidas y en las complejidades y la fuerza de sus decisiones. Las fotografías, a través del retrato de rostros, espacios y objetos, desvelan deseos, decisiones, anhelos y formas específicas de entender el mundo.

Estas imágenes están acompañadas de un breve video que documenta el proceso de realización del proyecto. Las conversaciones, parcialmente guiadas por las preguntas de la artista, conformaron el contexto necesario para la realización de los retratos y el resto de tomas fotográficas. Las protagonistas de esta historia (Mariana, Lisa, Natacha, Claudia, Ronda, Gisela, Renata, Emilia, Fabiana y Deyanira) hablan de su decisión y dan al espectador la oportunidad de descubrir temas recurrentes como la infancia, la soledad, la religión, la norma social, los cuidados, el derecho al control sobre el cuerpo propio, el aborto, las relaciones familiares o la independencia.

Podemos considerar que el trabajo de Romero surge de un principio feminista fundamental: el de las historias compartidas; aquellas que crean las condiciones necesarias para conformar espacios de visibilidad, de toma de la palabra, de seguridad, de solidaridad y confianza para todas esas otras mujeres.

Elaborando sobre la irónica pregunta formulada en el siglo XVII por la gran poetisa Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), sobre "¿qué podemos saber las mujeres sino filosofías de cocina?" proponemos aquí que es precisamente en el género pictórico de la naturaleza muerta, pese a su menosprecio historiográfico generalizado,  en donde las artistas frecuentemente encuentran los elementos necesarios para superar prejuicios, para expresar una visión propia del mundo, y para resistir así,  a las muchas restricciones a las que a lo largo del tiempo han intentado someternos a las mujeres.

Rían Lozano
Curadora de la exposición
Investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y Doctora en
Filosofía (área de Estética y Teoría de las Artes).





Gisela

El embarazo para mí es impensable, hasta cierto punto diría que le tengo rechazo y siento que me generaría locura, no podría vivirlo como algo idílico. Yo no quiero estar atada con responsabilidades de la maternidad, quiero ocuparme de otras cosas que me dan satisfacción.



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Claudia

Soy la única de mis hermanas que no tiene hijos, ellas también tuvieron vidas muy duras. Si yo me hubiese quedado en Catamarca capaz estaría llena de hijos, porque allá la vida es otra, las mujeres son para estar fregando los pisos y cuidar a los hijos, lo veo en mis hermanas y mis sobrinas, que están jovencitas, todas llenas de hijos, con cinco o seis hijos.



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Emilia

La primera vez que me pasó por la mente la posibilidad de no ser mamá, fue cuando escuché a hablar abiertamente a Rita Torler, ella fue una maestra que tuve en la licenciatura. A sus alumnos nos platicó que desde muy joven había decidido no ser mamá y me encantó la idea de que había otro camino.



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Fabiana

He decidido no tener hijos. No sé que venga más adelante en mi vida, lo que sé es que esta decisión me va a acompañar el resto de mi vida. No necesito de la maternidad para decir que estoy realizada. La realización viene de mi trabajo de los proyectos que llevo a cabo.De lo que logro crear para mejorar el mundo.



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Lisa

He decidido no tener hijos porque pienso que tener un hijo es el compromiso más grande que puede asumir una persona. No es que le tenga temor ni que me falte el valor, pero es para mí una decisión totalmente tomada y asumida, y no un mandato cultural. La decisión de no tener hijos no la vivo como fuera de lo común, lo vivo como algo natural.



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Mariana

Yo no creo en el instinto materno, de hecho mi ex, que tuvo una hija, en alguna ocasión me dijo “me tuve que ocupar de relacionarme con mi hija, no fue algo natural”. Me gusta el término “instinto del deseo”. La idea de un hijo es con otro, con aquél con quien existe ese deseo.



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Ronda

Pienso que tomar una decisión como ésta no es fácil. Llegar a los cuarenta y haber decidido no tener hijos… se tiene que ser bastante fuerte para decidirlo. Es todo un proceso pasar por los años fértiles. Yo saco mucha satisfacción de lo que hago, y creo que por no tener hijos puedo dedicar más atención a la gente que quiero.



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Deyanira

Desde niña fui muy independiente. Salí de mi pueblo a los 14 años. Viví alejada de mi familia para construir un futuro distinto. Puedo decir que mi espíritu fue libertario y nunca se ató a circunstancias o lugares. Mi decisión de no ser madre fue un proceso que se dio naturalmente, pero socialmente fue difícil.



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Natacha

En la prisión descubrí el mundo de las mujeres, no concebía la idea de que yo le interesara a una mujer. No me siento menos mujer, ni menos femenina por no tener hijos, porque pareciera que por no tener hijos se nos fue la ternura. Hay mujeres para tener hijos y hay mujeres para no tenerlos.



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Renata

Me hice feminista no por moda, sino por mi propia historia. Tengo una postura política firme. Siento que también es un trabajo feminista apoyar a las mujeres jóvenes. Creo que las jóvenes que están cerca de mí [mis estudiantes] pueden verme como una figura materna, pero es otro tipo de maternidad.



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Los extractos de las conversaciones mantenidas con Judith Romero entre julio de 2014 y agosto de 2017, en las ciudades de Oaxaca y Chihuahua (México), São Paulo (Brasil), Buenos Aires y Tigre (Argentina) puedes descargarlos aquí.