Tierra de brujas
Miércoles, 18 Diciembre 2013 20:48
Escrito por Angélica Abelleyra
"Empecé a hacer viajes en auto por el país en busca de curanderos y chamanes, hasta que un día me contaron acerca de una escuela de brujas que se encontraba en un pequeño pueblo en el desierto. Llegué a un pueblo muy solitario en San Luis Potosí. Ahí cada vez que preguntaba por la escuela de brujas, los habitantes me miraban con desconfianza, negando la existencia de brujas en el lugar. Sin embargo, sabían de alguna leyenda: de su poder, de su maldad, cómo volaban y cómo chupaban sangre a los niños. Un señor que conocía a una bruja me enseñó el camino para llegar a su casa pero me pidió que no le contara a ella que él me lo había dicho.
Cuando llegué a la casa, toqué la puerta, que tenía colgada una bandera de México, y abrió una viejita que estaba haciendo tortillas; rápidamente me invitó a pasar, me ofreció comida y me contó sobre su vida. Había vivido sola a las orillas del pueblo, estuvo muy enamorada pero su experiencia fue muy dura. Frente a mí tenía a una mujer distinta a las mujeres del pueblo: independiente, fuerte, sin hijos; que vivió su amor y sexualidad libremente y que se revelaba en contra de las reglas del pueblo. Regresé una semana después. Ella usaba un vestido blanco que estaba manchado de tierra en la parte de atrás. Me contó que había volado toda la noche con los muertos y que estaba contenta de verme porque había llegado a su vida para curarla. Ella tenía visiones en el agua, pero estaba perdiendo sus poderes. Estando en su cocina, me contó sobre la relación que tenía con los muertos y, por un momento, me invadió un escalofrió en todo el cuerpo, sentí que ella estaba muerta, cuando se lo dije, ella me tranquilizó y afirmó que estaba viva. Después de tomarnos un té, entramos a un cuarto donde ella curaba y hacía hechizos, le pedí tomarle una fotografía. Cuando lo hice, ella me miró y no tuve duda de que era una bruja, que se movía en varias dimensiones. Era el comienzo de un largo viaje de aprendizaje.
Con esta fotografía empezó mi proyecto sobre las brujas, que curan, que se revelan ante el destino, que buscan cambiarlo y que trabajan con la ilusión, la venganza y la justicia."
"Empecé a hacer viajes en auto por el país en busca de curanderos y chamanes, hasta que un día me contaron acerca de una escuela de brujas que se encontraba en un pequeño pueblo en el desierto. Llegué a un pueblo muy solitario en San Luis Potosí. Ahí cada vez que preguntaba por la escuela de brujas, los habitantes me miraban con desconfianza, negando la existencia de brujas en el lugar. Sin embargo, sabían de alguna leyenda: de su poder, de su maldad, cómo volaban y cómo chupaban sangre a los niños. Un señor que conocía a una bruja me enseñó el camino para llegar a su casa pero me pidió que no le contara a ella que él me lo había dicho.
Cuando llegué a la casa, toqué la puerta, que tenía colgada una bandera de México, y abrió una viejita que estaba haciendo tortillas; rápidamente me invitó a pasar, me ofreció comida y me contó sobre su vida. Había vivido sola a las orillas del pueblo, estuvo muy enamorada pero su experiencia fue muy dura. Frente a mí tenía a una mujer distinta a las mujeres del pueblo: independiente, fuerte, sin hijos; que vivió su amor y sexualidad libremente y que se revelaba en contra de las reglas del pueblo. Regresé una semana después. Ella usaba un vestido blanco que estaba manchado de tierra en la parte de atrás. Me contó que había volado toda la noche con los muertos y que estaba contenta de verme porque había llegado a su vida para curarla. Ella tenía visiones en el agua, pero estaba perdiendo sus poderes. Estando en su cocina, me contó sobre la relación que tenía con los muertos y, por un momento, me invadió un escalofrió en todo el cuerpo, sentí que ella estaba muerta, cuando se lo dije, ella me tranquilizó y afirmó que estaba viva. Después de tomarnos un té, entramos a un cuarto donde ella curaba y hacía hechizos, le pedí tomarle una fotografía. Cuando lo hice, ella me miró y no tuve duda de que era una bruja, que se movía en varias dimensiones. Era el comienzo de un largo viaje de aprendizaje.
Con esta fotografía empezó mi proyecto sobre las brujas, que curan, que se revelan ante el destino, que buscan cambiarlo y que trabajan con la ilusión, la venganza y la justicia."