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Inspiraciones biológicas

Lunes, 13 Enero 2014 16:24 Escrito por Humberto Moro

Con el paso accidentado y exponencial con el que la sociedad actual crece, las líneas en el trabajo de Emilia Sandoval suceden. Para comprender su trabajo es necesario pertenecer a este tiempo. Tanto su obra como sus procesos personales, parten de  ambas,  un contexto definido y una íntima relación con la vulnerabilidad del hombre ante aquello que se le ha salido de las manos.  Sin pretender ser un arte politizado o incluso de protesta, la propuesta alertante de la artista crece con la misma naturalidad con la que un retoño brota en medio de un basurero.
 
La obra de Emilia parte de su curiosidad por las cosas pequeñas, por los detalles que le conforman un espectro visual lleno de metáforas y neologismos. Todo comienza con los registros que realiza, generalmente  fotográficos, donde las formas y los colores dictan el camino en el que irá construyendo una reflexión estética ante el material que se le presenta y como éste al ser expulsado a la intemperie crea un diálogo con el universo que lo recibe. Sus ojos y sus manos necesitan cerciorarse de la textura de las cosas, de su estado de conservación y de su capacidad de ser manipuladas.
 
Presenta a través de distintos formatos a lo largo de sus diversos proyectos en los que aborda la fotografía, instalación, escultura e intervención, piezas de inspiraciones biológicas que son el resultado de un trabajo de abstracción en donde convergen organismos naturales y sintéticos. Una interpretación grafica y objetual de formaciones vivientes intervenidas con materiales de desecho, en las que la artista cuidadosa y hábilmente maneja sin distinción elementos como la tela, el barro o un empaque de galletas, es incluso la propia realidad uno de los materiales que se aparean en su técnica.
 
Intensas referencias a los espacios en donde ha realizado sus investigaciones surgen a simple vista, una amalgama experimental entre las labores artesanales, los ejercicios que requieren un trabajo de repetición y la carga filosófica del arte contemporáneo. En su búsqueda por acudir a formas orgánicas desde una posición ideológica definida, utiliza el plástico como el elemento de sublimación de sus ideas, es él quien funge como culpable y redentor, como el agente que fagocita la vida que conocemos, pero a su vez como el elemento que es capaz en su naturaleza neurótica y desmesurada, de crear híbridas formas, sutiles y delicadas,  nuevas ante nuestros ojos.
El contraste y el principio de dualidad son protagonistas en sus piezas, la punzante ironía en los títulos y en los colores conforman una funesta celebración al capitalismo y a sus marcas comerciales que se entretejen en una marea de trazos determinados por la gravedad y la incidencia del caos.
 
Emilia es autor y presa de su propio trabajo, siguiendo con la dinámica de antagonismos que experimenta y plasma. Es la propia obra quien se desarrolla a través de sus manos, como consecuencia de ordenar los estímulos que recibe. Es la obra quien la ha llevado por distintos formatos, materiales y medios de expresión.  Así sin explicaciones y sin avisos como la naturaleza y el desastre del hombre crecen, así continuaran sus exploraciones.
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