Ambientes Esultóricos
Viernes, 24 Enero 2014 12:45
Escrito por Mariana Peraza
Mis emociones y memorias corporales de placer y pena se confunden en un dialogo de sordos, generando sentimientos de ansiedad y soledad; interpretarlos me permite conciliar y lograr un equilibrio entre mi identidad y la supervivencia en un mundo exterior . Entendiendolo como una masa de soledades y emociones contenidas sin contacto.
Es a través de mi interpretación imaginativa que esta conciliación se transforma en ambientes escultóricos, reflejos tangibles en un espacio exterior donde los volúmenes, con interiores vacíos refieren un sentimiento no un estado. La soledad se esconde bajo su corteza o piel la cual se vuelve el medio de contacto, interacción y comunicación entre ellos.
A partir de las anteriores premisas se desarrolla la obra, la cual modifica los espacios interviniéndolos con la tímida existencia de volúmenes blancos en cerámica, logrando su fuerza en el espacio por medio del agrupamiento.
Las piezas de cada obra tienen un juego ondulatorio de reposo y movimiento que las hace embonar es a través de este contacto que generan un lenguaje básico similar a los primeros mensajes corporales que nos da un madre al tocarnos; este leguaje sensorial se hace consciente, vital y tangible, saciando la sensación de soledad.
Cada pieza genera un lenguaje visual y táctil, mediante los rasgos sutiles de su volumen y un perímetro perfectamente definido y perfilado. Las superficies en blanco complementan los volúmenes dándole a la forma la mayor importancia, no compite sino se integra con discreción a la intención de reafirmar las sensaciones de suavidad, delicadeza y de tersura como elementos visuales. Despiertan en quien los ve necesidades táctiles que comunican a la pieza con el espectador.