Performance y Arte Relacional
Martes, 17 Diciembre 2013 10:21
Escrito por Rosa Hernández
En el transcurso de este año, Claudia Cano decidió dar un giro en su práctica como fotógrafa; de una actitud pasiva detrás de la cámara, tomó una condición activa colocándose frente a ella. Su experiencia en el teatro universitario, le permitió hacer la transición a Performance y Arte Relacional.
Su objetivo principal es el analizar y personificar de mujeres mexicanas inmigrantes que viven y trabajan en los Estados Unidos. Rosa Hernández "La Chacha" (La señora de la limpieza) se convirtió en su alter ego. A través de su personaje, Cano ha tenido acceso a situaciones que de otra forma no podrían existir. Rosa, ha limpiado casas, cocinado, cuidado a un perro, barrido banquetas y desempolvado una galería antes de la inauguración. Al pasar por una empleada doméstica, Cano no sólo representa a una fuerza de trabajo no reconocida, sino también invita a la audiencia a participar y entablar un diálogo cuestionándose el acto de ser servido por otros.
A través de este conjunto de tres autorretratos cada una tomada durante una performance en San Diego, Cano intenta mostrar el aislamiento de un trabajador inmigrante.
En el transcurso de este año, Claudia Cano decidió dar un giro en su práctica como fotógrafa; de una actitud pasiva detrás de la cámara, tomó una condición activa colocándose frente a ella. Su experiencia en el teatro universitario, le permitió hacer la transición a Performance y Arte Relacional.
Su objetivo principal es el analizar y personificar de mujeres mexicanas inmigrantes que viven y trabajan en los Estados Unidos. Rosa Hernández "La Chacha" (La señora de la limpieza) se convirtió en su alter ego. A través de su personaje, Cano ha tenido acceso a situaciones que de otra forma no podrían existir. Rosa, ha limpiado casas, cocinado, cuidado a un perro, barrido banquetas y desempolvado una galería antes de la inauguración. Al pasar por una empleada doméstica, Cano no sólo representa a una fuerza de trabajo no reconocida, sino también invita a la audiencia a participar y entablar un diálogo cuestionándose el acto de ser servido por otros.
A través de este conjunto de tres autorretratos cada una tomada durante una performance en San Diego, Cano intenta mostrar el aislamiento de un trabajador inmigrante.