Museo de Mujeres

Emilia quiere viajar y lo hace de muchos modos. Le gusta hacer grandes las cosas chiquitas, le gusta transformar y multiplicar los pequeños universos. Con tijeras recorta colores, formas que cuidadosamente aplica en ángulos, superficies y contornos. Con aguja e hilo rellena pétalos, inventa geografías; sus puntadas trazan caminos y puentes que nuestra mirada deben recorrer y nuestra imaginación expandir. Los timbres conectan mundos. En su intervención, Emilia reproduce las posibilidades de volar, de recorrer el orbe. Su toque crea pliegues en el tiempo y fisuras en el espacio; resguardo y aventura, dos pulsiones que pueden pensarse contradictorias y que La Maga logra conciliar.