Metamorfosis de la perversión
En los últimos años, Pilar de la Fuente ha sido reconocida como una de las artistas jóvenes más importantes de México. Nació en 1972, en Ciudad Juárez, Chihuahua, lugar que abandonó en 1992 para realizar sus estudios de arte en Monterrey, concluidos en 1997. A partir de entonces, Pilar se ha enfrascado en una investigación profunda y extremadamente articulada sobre el alcance de los medios artísticos para la expresión de las preocupaciones más importantes de la experiencia e identidad femeninas en el inestable territorio fronterizo entre México y los Estados Unidos. Su trabajo la ha llevado a recibir los principales premios y reconocimientos otorgados al talento artístico jóven en México.
La obra de Pilar de la Fuente no puede entenderse desligada del contexto de Ciudad Juárez, su ciudad natal. La condición de crecer como mujer en una ciudad donde el género femenino ha sido sitiado, asediado y perseguido hasta su mutilación, le despertó una necesidad existencial de entender los mecanismos subliminales por los que la mujer, como tal, es degrada y subvaluada, siendo sujeta por ello al abuso y la dominación en todos los órdenes, sociales y personales. Al revelar y expresar tales mecanismos, Pilar ha enfocado su trabajo en los procesos que articulan la perversión y la simulación personales, permitiendo a individuos -hombres, pero también mujeres- la explotación justificada pero despreocupada del otro. El gran valor de su obra radica no sólo en haber descubierto estos mecanismos, tal como se aplican a las mujeres de la frontera, sino en revelar que ciertos patrones de perversión son válidos tanto para el hombre como para la mujer fronteriza, pues en muchos casos el poder también se puede imponer desde el ámbito femenino. Sin embargo, Pilar asimismo se ha empeñado en encontrar las razones por las cuales, en el contexto de zonas como de Ciudad Juárez, la cultura contemporánea no sólo permite sino fomenta condiciones de sumisión y abuso de lo femenino llevadas al extremo.