Entre aquí y allá
Martes, 17 Diciembre 2013 13:21
Escrito por Roxana Allison
La primera vez que arribé en Berlín, no tenía ideas preconcebidas de lo que sería estar allí, pero extrañamente, en el momento en el que emergí del metro y caminé sus calles, inmediatamente percibí cierta familiaridad en el aire.
Estaba oscuro y frío, pero las grandes avenidas y edificios parecían muy similares a los que me rodearon durante el tiempo que viví en la Ciudad de México. Conforme seguí caminando y observando todo a mi alrededor, me sentí como si estuviera en un entre-lugar, un lugar entre el que actualmente radico y el que dejé atrás.
Cuando emigras del lugar en el que creciste, te encuentras en constante búsqueda (tal vez sin ser consciente de ello) de las similitudes, de las cosas que pueden hacer que te sientas como si embonaras y pertenecieras al lugar que ahora llamas ‘hogar’. Es un proceso natural que puede llevar tiempo en asimilarse y el cual es inevitable.
La primera vez que arribé en Berlín, no tenía ideas preconcebidas de lo que sería estar allí, pero extrañamente, en el momento en el que emergí del metro y caminé sus calles, inmediatamente percibí cierta familiaridad en el aire.
Estaba oscuro y frío, pero las grandes avenidas y edificios parecían muy similares a los que me rodearon durante el tiempo que viví en la Ciudad de México. Conforme seguí caminando y observando todo a mi alrededor, me sentí como si estuviera en un entre-lugar, un lugar entre el que actualmente radico y el que dejé atrás.
Cuando emigras del lugar en el que creciste, te encuentras en constante búsqueda (tal vez sin ser consciente de ello) de las similitudes, de las cosas que pueden hacer que te sientas como si embonaras y pertenecieras al lugar que ahora llamas ‘hogar’. Es un proceso natural que puede llevar tiempo en asimilarse y el cual es inevitable.