Espectador
Escrito por Graciela Kartofel
Georgina Quintana es una artista reconocida en la pintura mexicana desde los años ochentas. Con el andar del tiempo expandió diversos lenguajes expresivos, ampliando sus técnicas, los materiales y los formatos en un decir figurativo de la naturaleza y de mundos interiores femeninos, de orden surreal e imaginario. En el presente, sus obras acarician la mirada de quienes las observan, a la par motivando a los espectadores a reflexionar. La temática más reciente revela mujeres despiertas y mujeres dormidas que descubren relaciones entre la ciencia y la naturaleza. La paleta cromática incluye opuestos de colores fuertes y saturados tanto como apasteladas transparencias. El colorido de su obra ha ganado un nuevo territorio para el romanticismo del siglo XXI.
En sus trabajos, el dibujo fue recuperando terreno frente a la pintura, mientras que los grabados establecieron propuestas expresivas. Una cierta proporción lúdico-ingenua creó una apertura hacia lo interactivo en juguetes e instalaciones realizadas valorando la tradición de los artesanos mexicanos. El área más intimista de su obra se concentró en los Libros de Artista realizados en tela, papel, cartón, madera, hilos y otros materiales.
Sus obras conforman un relato visual. No es la narrativa tradicional sino una vinculación diferente entre las disciplinas artísticas para transmitir los conflictos humanos de la intensa sociedad coetánea. Georgina Quintana revela algunos de esos agentes de conflicto a través de las expresiones no-tradicionales de su lenguaje mixto al dibujar, pintar, cortar, coser y collagear en una misma obra.
No hay una técnica predominante sino una interacción entre el equilibrio asimétrico y lo deconstructivo, como si fuera arqueología del presente.
Georgina Quintana es una artista reconocida en la pintura mexicana desde los años ochentas. Con el andar del tiempo expandió diversos lenguajes expresivos, ampliando sus técnicas, los materiales y los formatos en un decir figurativo de la naturaleza y de mundos interiores femeninos, de orden surreal e imaginario. En el presente, sus obras acarician la mirada de quienes las observan, a la par motivando a los espectadores a reflexionar. La temática más reciente revela mujeres despiertas y mujeres dormidas que descubren relaciones entre la ciencia y la naturaleza. La paleta cromática incluye opuestos de colores fuertes y saturados tanto como apasteladas transparencias. El colorido de su obra ha ganado un nuevo territorio para el romanticismo del siglo XXI.
En sus trabajos, el dibujo fue recuperando terreno frente a la pintura, mientras que los grabados establecieron propuestas expresivas. Una cierta proporción lúdico-ingenua creó una apertura hacia lo interactivo en juguetes e instalaciones realizadas valorando la tradición de los artesanos mexicanos. El área más intimista de su obra se concentró en los Libros de Artista realizados en tela, papel, cartón, madera, hilos y otros materiales.
Sus obras conforman un relato visual. No es la narrativa tradicional sino una vinculación diferente entre las disciplinas artísticas para transmitir los conflictos humanos de la intensa sociedad coetánea. Georgina Quintana revela algunos de esos agentes de conflicto a través de las expresiones no-tradicionales de su lenguaje mixto al dibujar, pintar, cortar, coser y collagear en una misma obra.
No hay una técnica predominante sino una interacción entre el equilibrio asimétrico y lo deconstructivo, como si fuera arqueología del presente.
Graciela Kartofel
Historiadora de Arte-Crítica-Curadora
Historiadora de Arte-Crítica-Curadora