Raíces | Lucero González: acabar con la violencia
Miércoles, 06 Diciembre 2017 15:50
Escrito por Angélica Abelleyra
Ha transgredido muchas reglas para construirse la vida que ha querido. Y a partir de sus dos pasiones, la defensa de los derechos humanos y la fotografía, enfoca su mirada y su corazón en las mujeres, a quienes retrata, escucha, orienta, escudriña, cuestiona y zarandea para que sean personas que se quieran e integren a esa inacabada tarea colectiva de no ser violentadas sino respetadas, amadas y con una capacidad de análisis, respuesta y sonrisa.
Feminista, sociologa y fotógrafa, Lucero González nació por accidente en la ciudad de México pero es más oaxaqueña que una tlayuda. En Oaxaca pasó su infancia y aprendió sus sabores, texturas, olores. Si bien radica en el DF, regresa al Zócalo de la Antequera cada verano, respira algo de paraíso y renueva su contacto con el mundo campesino e indígena; ese mostrado durante la adolescencia por su padre epidemiólogo y que la anima hasta hoy para crear narraciones visuales con sustento social y trabajos creativos de reflexión en torno a la condición de ser mujer tanto en el ámbito rural como urbano; en lo privado y lo público.
Con desenfado y humor, se revitaliza con el intercambio de ideas y trabaja para fortalecer la ciudadanía. En labor grupal apoya la edición de folletos sobre placer y maternidad voluntaria así como de sexualidad en jóvenes; también escucha ese malestar generalizado por el papel que la sociedad asigna al hombre y a la mujer, con un sentimiento de estar construidos parcialmente.
Junto a este corazón abierto por las mujeres, su pasión por la imagen la vuelca en la foto. Mirona siempre, hace lecturas del cuerpo, ese imán poderoso para dar y atraer emociones. Primero fue el desnudo, luego el retrato y más tarde el fotorreportaje social ligado a la condición de las mujeres. La cámara es para ella un instrumento de fuego; llave que permite la intromisión en la vida de los otros y viceversa: el doble juego de los espejos.
Para captar esos reflejos, la impulsora del Loo Estudio (galería extinta) y admiradora de Sally Mann, Graciela Iturbide y Bernice Kolko, trasladará su vocación de experimento al construir una trilogía con los elementos fuego, agua y tierra. A partir de ceremonias rituales de mixtecas, zapotecas y mixes, se ubicará en el siglo XXI para machacar una y otra vez en la vida de las mujeres y su participación colectiva en ciudadanía plena. Ha ganado premios nacionales y exhibido sus obras en México y otros paises. Actualmente es fundadora y directora del Museo de Mujeres Artistas Mexicanas (MUMA) www.museodemujeres.com
Ha transgredido muchas reglas para construirse la vida que ha querido. Y a partir de sus dos pasiones, la defensa de los derechos humanos y la fotografía, enfoca su mirada y su corazón en las mujeres, a quienes retrata, escucha, orienta, escudriña, cuestiona y zarandea para que sean personas que se quieran e integren a esa inacabada tarea colectiva de no ser violentadas sino respetadas, amadas y con una capacidad de análisis, respuesta y sonrisa.
Feminista, sociologa y fotógrafa, Lucero González nació por accidente en la ciudad de México pero es más oaxaqueña que una tlayuda. En Oaxaca pasó su infancia y aprendió sus sabores, texturas, olores. Si bien radica en el DF, regresa al Zócalo de la Antequera cada verano, respira algo de paraíso y renueva su contacto con el mundo campesino e indígena; ese mostrado durante la adolescencia por su padre epidemiólogo y que la anima hasta hoy para crear narraciones visuales con sustento social y trabajos creativos de reflexión en torno a la condición de ser mujer tanto en el ámbito rural como urbano; en lo privado y lo público.
Con desenfado y humor, se revitaliza con el intercambio de ideas y trabaja para fortalecer la ciudadanía. En labor grupal apoya la edición de folletos sobre placer y maternidad voluntaria así como de sexualidad en jóvenes; también escucha ese malestar generalizado por el papel que la sociedad asigna al hombre y a la mujer, con un sentimiento de estar construidos parcialmente.
Junto a este corazón abierto por las mujeres, su pasión por la imagen la vuelca en la foto. Mirona siempre, hace lecturas del cuerpo, ese imán poderoso para dar y atraer emociones. Primero fue el desnudo, luego el retrato y más tarde el fotorreportaje social ligado a la condición de las mujeres. La cámara es para ella un instrumento de fuego; llave que permite la intromisión en la vida de los otros y viceversa: el doble juego de los espejos.
Para captar esos reflejos, la impulsora del Loo Estudio (galería extinta) y admiradora de Sally Mann, Graciela Iturbide y Bernice Kolko, trasladará su vocación de experimento al construir una trilogía con los elementos fuego, agua y tierra. A partir de ceremonias rituales de mixtecas, zapotecas y mixes, se ubicará en el siglo XXI para machacar una y otra vez en la vida de las mujeres y su participación colectiva en ciudadanía plena. Ha ganado premios nacionales y exhibido sus obras en México y otros paises. Actualmente es fundadora y directora del Museo de Mujeres Artistas Mexicanas (MUMA) www.museodemujeres.com