Arqueología secreta / Mujeres trabajando
Miércoles, 19 Junio 2019 18:58
Escrito por Josefa Ortega
“La historia da sentido a la vida humana y conecta cada existencia con la inmortalidad; pero la historia tiene todavía otra función. Al conservar el pasado colectivo y reinterpretarlo para el presente, los seres humanos definen su potencial y exploran los limites de sus posibilidades.” Gerda Lerner
La memoria construye identidades y es el resultado de una suma de subjetividades que van articulándose a partir de historias, hechos y personajes. Los objetos patrimoniales guardan valores simbólicos, pues condensan muchas de esas historias. La manera en que los leemos, desde la realidad contemporánea, no necesariamente refleja cómo fueron aquéllas sociedades, sino sobre todo cómo es la sociedad que las revisa. En la serie Arqueología secreta, Sofía Echeverri reflexiona sobre la manera en que se ha construido la memoria del rol de las mujeres en las sociedades prehispánicas.
Echeverri hace un comentario crítico al revisar la manera en que las figuras de mujeres de la colección prehispánica aparecen referidas, tanto en el sitio de los museos como en cédulas de libros enciclopédicos. La artista identificó que en la mayoría de los casos las figuras sólo son nombradas a partir de su género, sin hacer mención de su ocupación o función social, en contraste con las figuras masculinas, que son referidas de acuerdo con su ocupación: guerreros, gobernantes, dioses, hechiceros, etc. Esta sutil diferencia marca sin embargo un abismo entre la relevancia social que se asigna desde el presente al rol femenino en el pasado.
“La historia da sentido a la vida humana y conecta cada existencia con la inmortalidad; pero la historia tiene todavía otra función. Al conservar el pasado colectivo y reinterpretarlo para el presente, los seres humanos definen su potencial y exploran los limites de sus posibilidades.” Gerda Lerner
La memoria construye identidades y es el resultado de una suma de subjetividades que van articulándose a partir de historias, hechos y personajes. Los objetos patrimoniales guardan valores simbólicos, pues condensan muchas de esas historias. La manera en que los leemos, desde la realidad contemporánea, no necesariamente refleja cómo fueron aquéllas sociedades, sino sobre todo cómo es la sociedad que las revisa. En la serie Arqueología secreta, Sofía Echeverri reflexiona sobre la manera en que se ha construido la memoria del rol de las mujeres en las sociedades prehispánicas.
Echeverri hace un comentario crítico al revisar la manera en que las figuras de mujeres de la colección prehispánica aparecen referidas, tanto en el sitio de los museos como en cédulas de libros enciclopédicos. La artista identificó que en la mayoría de los casos las figuras sólo son nombradas a partir de su género, sin hacer mención de su ocupación o función social, en contraste con las figuras masculinas, que son referidas de acuerdo con su ocupación: guerreros, gobernantes, dioses, hechiceros, etc. Esta sutil diferencia marca sin embargo un abismo entre la relevancia social que se asigna desde el presente al rol femenino en el pasado.
A partir de esta reflexión, la artista plantea las siguientes preguntas: ¿Cómo sería el presente de nuestra sociedad si a estas figuras se les hubieran asignado títulos similares a los de los varones? ¿Cambiaría en algo la manera de ver nuestro pasado? ¿Modificaría de alguna manera nuestro presente y nuestro futuro como género?
Con estos cuestionamientos como marco, Echeverri realiza copias realistas de algunas figuras femeninas en las que introduce elementos simbólicos que puedan asociarlas con oficios y funciones específicas. Propone la representación de distintas actividades, oficios y profesiones: botánicas, guarda bosques, compositoras, ginecólogas, astrónomas, escultoras, arbitras, ingenieras en iluminación y magas.
Desde la cosmovisión mesoamericana el mundo consta de una parte femenina y una masculina; cada una de ellas asociada a conceptos y elementos determinados, no necesariamente mejores uno que otros, sino complementarios. La serie de Echeverri integra también el lado masculino, a través de tres piezas llamadas Alguno nos han dado la espalda. En ella reproduce tres figuras masculinas de espaldas, con esta representación busca dar presencia a las voces masculinas que han escrito la historia y su actitud ante el rol femenino. Además, asigna a cada uno de ellos, elementos con los que son cruelmente asesinadas al menos 8 mujeres cada día en nuestro país.
En la serie Arqueología secreta, Sofía Echeverri plantea pues una manera de repensar el pasado. Propone revisar la memoria bajo el entendido de que tanto hombres como mujeres cumplen funciones sociales relevantes. Este ejercicio no solo convoca a nuevas posibilidades de construir la memoria, busca también re entender el presente y la prospectiva hacia el futuro en una construcción social más igualitaria.
Con estos cuestionamientos como marco, Echeverri realiza copias realistas de algunas figuras femeninas en las que introduce elementos simbólicos que puedan asociarlas con oficios y funciones específicas. Propone la representación de distintas actividades, oficios y profesiones: botánicas, guarda bosques, compositoras, ginecólogas, astrónomas, escultoras, arbitras, ingenieras en iluminación y magas.
Desde la cosmovisión mesoamericana el mundo consta de una parte femenina y una masculina; cada una de ellas asociada a conceptos y elementos determinados, no necesariamente mejores uno que otros, sino complementarios. La serie de Echeverri integra también el lado masculino, a través de tres piezas llamadas Alguno nos han dado la espalda. En ella reproduce tres figuras masculinas de espaldas, con esta representación busca dar presencia a las voces masculinas que han escrito la historia y su actitud ante el rol femenino. Además, asigna a cada uno de ellos, elementos con los que son cruelmente asesinadas al menos 8 mujeres cada día en nuestro país.
En la serie Arqueología secreta, Sofía Echeverri plantea pues una manera de repensar el pasado. Propone revisar la memoria bajo el entendido de que tanto hombres como mujeres cumplen funciones sociales relevantes. Este ejercicio no solo convoca a nuevas posibilidades de construir la memoria, busca también re entender el presente y la prospectiva hacia el futuro en una construcción social más igualitaria.