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Certezas / Incertidumbres

Viernes, 09 Julio 2021 17:27 Escrito por Víctor Sánchez Villarreal

En la obra de Jeannette Betancourt se manifiesta una doble y acuciosa sensibilidad, tanto para las formas como para los problemas que aquejan a nuestra sociedad. Con una sólida formación como escultora, no le basta entregarse al juego sensible de las formas, sino que le es necesario imbricar e implicar su práctica con el momento histórico, pero sin perder de vista que toda reflexión o compromiso debe hacerse a través de la imagen. Tenemos, pues, una obra que se mueve en dos registros complementarios sin coartar ni sacrificar alguno.

A primera vista, la obra de Jeannette pareciera apelar a una mera delectación estética, pero ello queda desmentido al leer los títulos de sus piezas, que sirven como agente detonante de lecturas no previstas. Aquí nada es lo que parece. Sus piezas nos arrojan a un espacio incierto donde para no ser engañados hay que estar muy alerta; actitud que, parece indicar Jeannette, habría de hacerse extensiva a la vida cotidiana donde los engaños se multiplican en la agenda de corporaciones, políticos y medios.

Lo natural y lo humano se encuentran en su obra en constante contraposición y conflicto. El acto artístico de imponer una organización a elementos naturales tiene en este contexto una dimensión metafórica: hablar de las huellas que el quehacer humano ha dejado en la Tierra. Su obra es, pues, una dolorosa toma de conciencia del haz y envés de esta cultura, pues el acto aparentemente heroico y fundacional de asumirse como sujeto libre y autodeterminado, ávido de conocimiento (cogito ergo boom!), tuvo como correlato la separación y distanciamiento del resto de los seres y las cosas, escisión donde se enraíza la explotación y devastación actual y de la que el arte inevitablemente forma parte, volviéndose profundamente problemático.

La pertenencia a una cultura dota a los individuos de un ámbito de certeza para organizar la vida social. Ante un panorama desolador y en una cultura que ha minado todos y cada uno de los asideros, no queda sino multiplicar la incertidumbre abriendo preguntas incómodas y señalando realidades desagradables con la esperanza de que en el proceso lográsemos construir otro orden social. En el mundo de la posverdad, semejante empresa se antoja difícil o francamente suicida, pero cuando fracasa la argumentación, cuando la lógica se torna turbia, aún queda otra manera de proceder: a través de la concreción y especificidad de las imágenes cuyo poder de comunicación y convencimiento no pasa por los canales instrumentales acostumbrados. A ese mirar inteligente, no focalizado ni unidireccional sino empático y resonante, está usted, estimado lector/espectador, invitado. Y no sólo para apreciar las obras que conforman esta exposición, sino para hacerlo extensivo donde más hace falta: allá afuera.


Víctor Sánchez Villarreal
16 de mayo de 2020
Ciudad de México, México.
Visto 991 veces Modificado por última vez en Jueves, 29 Julio 2021 22:56