Museo de Mujeres

La serie que he llamado Orquídeas Susurrantes nace de una inquietud desde mi infancia. Hoy es como un acertijo para tratar de descubrir lo que susurraban las orquídeas y lo que susurran . . .
Siendo niña me gustaba mirar las caricaturas de “Ahí viene Cascarrabias”, una tira humorística graciosa y poblada de personajes inimaginables. El personaje principal era Cascarrabias quien
coloca una maldición de penumbra por todas partes en la tierra, pero la Princesa Amanecer y Bip, su perrito psicodélico, que se le caía la nariz para poder olfatear hasta lugares de muy difícil
acceso, luchaban y pedían ayuda a Terry, un recién llegado, para romper el hechizo y restaurar la alegría a esa tierra de fantasía de donde pertenecía la Princesa Amanecer y sólo la llave de
Cristal podía romper la maldición.

Lo único que tenían que hacer para que todo volviera a la normalidad era encontrar la llave de Cristal y “activarla”, pero ésta se encontraba en la famosa cueva de las Orquídeas Susurrantes,
una cavidad oculta entre las Mil Cuevas. 

Desde luego Cascarrabias, junto con su inseparable dragón verde que estornudaba todo el tiempo, intentaba frustrar cualquier intento de la Princesa Amanecer. Y así se desarrollan
muchas aventuras con estos personajes fantásticos que disfruté mucho y que me dejaron siempre inquieta porque yo quería conocer ¿cómo eran las Orquídeas Susurrantes y qué
susurraban? Y me frustraba cada vez que Cascarrabias lograba alejarlos de la posibilidad de encontrar la cueva de las Orquídeas Susurrantes. De ahí nacen muchas inquietudes . . . ¿por qué
un pueblo no puede ser feliz por la maldición de alguien? ¿por qué siempre ganan los malos? ¿por qué es difícil ser feliz? Muchas preguntas alborotaban mi cabeza desde niña. Al paso de los
años, crecí, entendí muchas cosas, y lejos de empeñarme en querer pintar temas, muy respetables e importantes, de violencia en todos sentidos, del abuso y crimen de géneros, y
tantos temas relevantes más, me interesé en pintar y hacer notar que la virtud y la belleza existen, a pesar de todo lo malo: la vida me mostró el camino. Superé un cáncer linfático en 4to
estadío, con infiltración en médula ósea e hígado y 7 tumores oprimían mi pecho, fue una gran lección de vida que afortunadamente superé y hoy quiero inventar mis Orquídeas Susurrantes,
encontrar la cueva y tomar la llave de Cristal para “activarla” y hacer un mundo feliz. . . Soy idealista por naturaleza, así como resiliente, sólo quiero contagiar al mundo con un poco de temas alegóricos, espirituales, reflexivos y amorosos. La orquídea simboliza la seducción, la sensualidad, fecundidad, perfección, belleza y exquisitez, entre otros. Hoy soy una mujer artista
plena y feliz que desea invitar a aportar algo bueno a este mundo de desigualdad, crueldad e injusticia.