Temporales Interiores
Estas camas sin tender, donde reposamos nuestro peso, nuestro cansado cuerpo, se van con nosotras para andar caminos y acaban por hacerse casi sólidas sobre las piedras y fluidas bajo las aguas; como la añoranza de Alfonsina.
Estas fotografías nos transportan a los parajes íntimos de las preguntas y de las dudas. No hay angustia, sólo letargo y luz.
Las mismas sábanas aún oliendo a noche, la almohada donde reposan la memoria y las quimeras.
Desde la amplitud del paisaje, Paola Dávila ahora nos guía por las rutas de una naturaleza que ha convertido en alma, sabedora de frescos secretos y expectante, colorida. ¿Quién busca cómo Jacob una escalera para pelear con ángeles si aquí en la tierra la ola rompe contra el ensueño? Y hasta en el gris reflejo del asfalto el agua se adormece y corre lenta mirando al cielo.
Como en otras de sus series fotográficas, Paola encuentra en la imagen un pretexto para articular el transcurrir del tiempo y la espera, una suavidad líquida, diáfana. Constante artífice de luz y sombras, nos invita a la aventura de los callados sueños sembrados entre la almohadilla y el pasto fresco que acaricia nuestra mirada.