Leonora Carrington: la rebeldía como sello
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LEONORA CARRINGTON: Título y dos extractos iniciales del ensayo incluido |
Rogelio Naranjo, La insurrección de las semejanzas, UNAM, Coordinación de Difusión Cultural, Dirección de Literatura, CU, México DF, 2005 |
¿Por qué no otorgar poderes cósmicos a los objetos más humildes? ¿Por qué no creer en un universo plagado de sacerdotisas y fantasmas? ¿Por qué no tratar de descubrir una cara compleja del mundo donde podríamos salvarnos de las trampas? ¿Por qué no apreciar el lado oscuro de la gente? ¿Por qué no apasionarse de igual manera por una roca o por un duende? |
Lepidóptera, 1968. Leonora Carrington |
Fotografía de Lucero González. 1993 |
Insurrecta y ajena a las simplificaciones, Leonora Carrington (1917-2011) se ha planteado siempre éstas y muchas preguntas. Y, sin tener respuestas transparentes, la pintora inglesa las recrea una y otra vez en cuadros, esculturas y grabados. “Para mí, el color, la materia, la tela se han convertido en mi conexión con el mundo. Más que un lenguaje, la pintura para mí es una forma de vida”. |
* La entrevista fue realizada en septiembre de 1993 y se publicó con el título Leonora con agua de jamaica, en el suplemento de 9º. aniversario del diario La Jornada, el 22 de septiembre de 1993. Para la edición digital de esta página se hicieron adaptaciones de varios segmentos. |
Es muestra de su oficio para bordar que aprendió en la escuela de monjas en Inglaterra. La muñeca de trapo tiene en la frente un tercer ojo que es un pequeño espejo por el que uno ve su propia córnea. Dice que se inspiró en la acción “impactante” de un negro neoyorquino que asustaba a la gente en Manhattan al anteponerles en la cara un espejo y mostrarles sus propios rostros. |
La Virgen de la Selva, 1993. Leonora Carrington. Imagen intervenida, MUMA |
Fotografía de Lucero González. 1995 |
Sólo accede a cuatro fotos, que finalmente serán cinco o seis. La preferida, junto a su gato Houdini, un siamés especialista en el arte del escapismo. Recomienda que las tomas se las hagan de frente o tres cuartos, porque su perfil no es bueno. |
Ilustración de Luis Fernando, 1995. |
Y como habla de las ambiciones, así de grande y general el asunto, ella aterriza diciendo que una de sus aspiraciones es aceptar y hasta querer su proceso de envejecimiento. Que le guste cada vez más su cara, una cara de 76 años. Es por eso que a Leonora le extraña que los esqueletos sean hoy el símbolo del horror. “El esqueleto es maravilloso. ¿Qué tal si no lo tuviéramos? Recuerdo con cierto gusto que una vez en Nueva York estaba en un hotel con puerta giratoria y vi enfrente de mí a una vieja. ¡Qué vieja más triste!, dije, y era mi propia cara. Una cara triste, una cara trágica, pero con la que me sentía bien”. |
Crookhey Hall, 1947. Leonora Carrington |
La barca del cocodrilo, 1998. Leonora Carrington |
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The white Goddess, 1958. Leonora Carrington |
La Maja del Tarot, 1965. Leonora Carrington |
The Q Symphony, 2002. Leonora Carrington |
¿La vida es misteriosa? |
The House Opposite, 1945. Leonora Carrington |
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Ilustración de Gonzalo Rocha, 2018. |
De joven, Leonora se identificaba con los caballos. Y admira a los animales por sobre todo porque “son los verdaderos ángeles de esta tierra. Son ejemplo de tolerancia mutua”. |
Autorretrato, 1936. Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Leonora Carrington |
El mundo mágico de los mayas, 1964. Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México. Leonora Carrington |
Fotografía de Lucero González. 1993 |
¿Qué le gusta más de México? “¿Que cómo me siento ahora? |
Fotografía de Lucero González. 1995 |
Fotografía de Lucero González. 1995 |
Pausa. Leonora Carrington se levanta de su silla acojinada. Invita un café que después convertiría, mejor, en agua de jamaica. Antes de bajar a la cocina hacemos una escala en su estudio, donde el gato siamés espera a los posibles colibríes que acuden a beber agua en el patiecito contiguo al taller. Instalada ya en la planta baja, la pintora recoge alguna ropa puesta al sol. Houdini se apropia de la mesa en la tibia cocina. Ronronea. La charla transcurre y se acaba el agua colorida. Leonora proseguirá su costura junto a los colibríes. |
Fotografía de Lucero González. 1993
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Mujer conciencia, 1972. Leonora Carrington |
LEONORA CARRINGTON: |
LEONORA CARRINGTON: Realizada en el marco del Panel Internacional: Leonora Carrington a 100 años, efectuado en el Foro polivalente Antonieta Rivas Mercado de la Biblioteca México (Ciudadela, CDMX), el 6 de abril de 2017. Es tarde en la casa de Chihuahua y todavía puedo verte sentada leyendo. O si es por la mañana, frente al lienzo que descansa en el caballete, te apoyas sobre el tiento, ese bastón que sirve para no manchar lo que ya pintaste. Era de un color de madera oscura y decorado por el uso con algunas manchas de pintura. Cuidadosamente has realizado los trazos de tus figuras geométricas que soportan a los seres del cuadro, son los esqueletos que sostienen a las figuras en los distintos planos de perspectiva. |
© Estate of Leonora Carrington / ARS |
© Estate of Leonora Carrington / ARS |
El juego de vela, 1966. Leonora Carrington |
Matemáticas de la imagen |
© Estate of Leonora Carrington / ARS |
© Estate of Leonora Carrington / ARS |
La mirada |
—¿Quién eres? |
Casa de los espíritus, bronce, 2004-2005. 219 X 133 X 100 cm. Leonora Carrington |
© Estate Leonora Carrington/ARS por todas las obras de LC. |